El abuso de fármacos con receta se ha vuelto un problema más serio que el de la mayoría de las drogas callejeras. Analgésicos, tranquilizantes, antidepresivos, pastillas para dormir y estimulantes pueden parecer “seguros” debido a que han sido recetados por los médicos, pero pueden ser tan adictivos y potentes como la heroína o la cocaína que se vende en la calle. El analgésico OxyContin, por ejemplo, es tan potente como la heroína y afecta al cuerpo de la misma manera. El uso continuo de analgésicos, depresivos (“tranquilizantes”), estimulantes o antidepresivos puede llevar a la adicción, y a los dolorosos síntomas de la abstinencia a los que intentan dejarlos.
Aquí se dan sólo algunos de los efectos de estas drogas.
Analgésicos: OxyContin, Fentanyl, morfina, Percodan, Demerol son unos pocos de una larga lista de analgésicos. Los efectos pueden incluir respiración ralentizada, náusea e inconsciencia. El consumo puede llevar a la adicción.
Depresivos: Estas drogas, que disminuyen la actividad cerebral, y las funciones del sistema nervioso incluyen: Xanax, Zyprexa, Amytal, Seconal, Valium y muchas otras. Los efectos pueden incluir problemas cardiacos, aumento de peso, fatiga1 y dificultad para hablar. El uso continuo puede llevar a la adicción.
Estimulantes: Estas drogas aceleran el ritmo cardiaco y la respiración, parecido al “speed” o a la cocaína. Incluyen: Ritalín, Aderal, Concerta y drogas conocidas como “caramelos”. Los efectos incluyen un aumento de la presión arterial y el ritmo cardiaco, hostilidad y paranoia.
Antidepresivos: Prozac, Paxil, Zoloft y Celexa son algunos de los antidepresivos más comúnmente usados. Los efectos pueden incluir: arritmia cardiaca, reacciones paranoicas, pensamientos violentos o suicidas y alucinaciones. Su uso prolongado puede llevar a la adicción.
Analgésicos, tranquilizantes y antidepresivos son responsables de más muertes por sobredosis en Estados Unidos que la cocaína, la heroína, la metanfetamina y anfetaminas combinadas.