Desafortunadamente, el Ritalín y ese tipo de drogas relacionadas con “hiperactividad” pueden encontrarse casi en cualquier parte. Si estás en la escuela, o la universidad, probablemente tienes un gran suministro a mano, con traficantes (tus compañeros de estudio) ansiosos de sacar un beneficio fácil de ti.
En algunos colegios, hasta el 20% de los estudiantes toman drogas regularmente. La Administración para el Control de Estupefacientes de EE.UU. encontró que muchos de estos colegios tenían mayor cantidad de estas drogas que las propias farmacias del vecindario.
¿Por qué es tan común? Es demasiado fácil para un “amigo” coger algunas de las recetas de su hermanito, darse la vuelta y venderlas por 5 dólares cada pastilla. O un estudiante ansioso de una dosis rápida le dice a la enfermera de la escuela que tiene un “trastorno de estudio” y “no puede concentrarse”. Él obtiene una receta y almacena las pastillas para uso futuro, repartiendo las que le sobran a sus amigos.
Aunque la ley prohíbe la distribución sin restricciones de estos poderosos estimulantes1, permanece el triste hecho de que estas sustancias están a la libre disposición en casi cualquier parte. La cocaína infantil, como se le ha llamado, es repartida como dulce.
“Los síntomas de casi una sobredosis te llevan al otro mundo. La persona se pone muy histérica, hipersensitiva, hiperalerta, con cambios de estado de ánimo muy intensos. Es de locos”. — Jake