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DEPRESORES
A veces llamados “pastillas para dormir”, estos fármacos vienen en tabletas y pastillas multicolores o en forma líquida. Algunos fármacos en esta categoría, como Zyprexa, Seroquel y Haldol, son conocidos como “los tranquilizantes principales” o “antipsicóticos”, pues se supone que reducen los síntomas de las enfermedades mentales. A los depresores como Xanax, Klonopin, Halcion y Librium, se les suele llamar “benzos” (abreviatura de benzodiacepinas1). Otros depresores, como Amytal, Numbutal y Seconal, se clasifican como fármacos barbitúricos, que se utilizan como sedantes y pastillas para dormir. Algunas de las marcas conocidas y nombres callejeros se pueden encontrar aquí.
depresores: efectos a corto plazo
- Lentitud en la función cerebral
- Pulso y respiración lenta
- Disminución de la presión arterial
- Mala concentración
- Confusión
- Fatiga2
- Mareos
- Arrastrar las palabras
- Fiebre
- Aletargamiento
- Alteraciones visuales
- Pupilas dilatadas
- Desorientación, falta de coordinación
- Depresión
- Dificultad o incapacidad para orinar
- Adicciones
Las dosis más altas pueden causar deterioro de la memoria, el juicio y la coordinación, irritabilidad, paranoia3 y pensamientos suicidas. Algunas personas experimentan lo contrario de los efectos que buscan, tales como agitación o agresión.
El uso de sedantes (fármacos utilizados para calmar o tranquilizar) y tranquilizantes con otras sustancias, en especial con alcohol, puede hacer lenta la respiración y el ritmo cardíaco e incluso causar la muerte.
depresores: efectos a largo plazo
Se puede desarrollar tolerancia a muchos depresores con rapidez, y llegan a necesitarse dosis más grandes para lograr el mismo efecto. El consumidor, al tratar de alcanzar el mismo viaje, puede aumentar la dosis hasta un nivel que produzca coma o muerte por sobredosis.
El uso a largo plazo de depresores puede producir depresión, fatiga crónica, dificultades para respirar, problemas sexuales y problemas de sueño. Conforme aumenta la dependencia a una droga, son comunes los deseos incontenibles, el pánico o la ansiedad, si el consumidor no puede conseguir más.
El síndrome de abstinencia incluye insomnio, debilidad y náusea. A los consumidores continuos y de altas dosis, les puede causar agitación, temperatura corporal alta, delirio, alucinaciones y convulsiones. A diferencia de la abstinencia de la mayoría de las drogas, la abstinencia de los depresores puede ser una amenaza para la vida.
Estos fármacos también pueden aumentar el riesgo de concentración alta de azúcar en sangre, diabetes, y aumento de peso (se ha informado de casos de hasta 45 kilos).
En un estudio realizado por USA Today, basado en datos de la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos en un período mayor a 4 años, los antipsicóticos (un tipo de depresor) fueron los principales sospechosos en cuarenta y cinco muertes causadas por problemas cardiacos, asfixia, insuficiencia hepática y suicidio.
“He tenido dos sobredosis de pastillas con receta (Zyprexa) y un amigo cercano murió por el mismo fármaco… No hay peor sensación que la de saber que tu amigo ha muerto porque le diste unas pastillas de las que conocías relativamente poco”. — Linda